Sector Informal

El Sector Informal es el que comprende a todos los ocupados asalariados que laboran en establecimientos de menos de cinco empleados, además de los trabajadores por cuenta propia y patronos que pertenezcan a los siguientes grupos ocupacionales: agricultores y ganaderos, operadores
y conductores, artesanos y operarios, comerciantes y vendedores y trabajadores no calificados. En adición se incluye el servicio doméstico y los trabajadores no remunerados.
Empleo en la República Dominicana
Aun cuando la República Dominicana ha mantenido una tasa de crecimiento promedio anual del 5%, la tasa de desempleo nunca ha bajado realmente y la informalidad en el empleo es preponderante.
Desde 1960 el desempleo casi siempre ha permanecido superior al 14% de la población activa, con grandes disparidades en el seno de la población: afecta al 28% de las mujeres y solo al 13% de los hombres. Sin embargo, según el Ministerio de Trabajo, 100,000 jóvenes entran cada año en el mercado laboral; su integración requiere en principio una tasa de crecimiento anual mínimo de 3% a 4%, no obstante, el desempleo casi nunca ha disminuido.
El Sector Informal Dominicano
El sector informal emplea a 56% de los trabajadores. Este sector es complejo y representa una multitud de situaciones diferentes: algunos realizan tareas de bajo nivel de calificación, otros efectúan trabajos a domicilio, otros son trabajadores independientes sin licencia.
Las consecuencias sociales son importantes: 54% de los trabajadores están
en situación casi ilegal, 65% no tienen ninguna cobertura social, y, en promedio, el salario percibido en el sector informal es dos veces más bajo que el percibido en el sector formal.
Varias razones pueden explicar la magnitud de este fenómeno: una inadaptación al mercado laboral y una baja calificación de muchos trabajadores, un empleo disfrazado (jóvenes sin formación, ex asalariados cesantes de sus empresas, ancianos), pero también la voluntad de escapar a los impuestos o a los imperativos reglamentarios y el deseo de disponer
de más flexibilidad.
Así, sólo 30% de la población se beneficia efectivamente de un empleo asalariado o independiente, declarado y a su vez participa en el financiamiento de la protección social. Además, la tasa de desempleo atrae los salarios hacia abajo. Desde hace 20 años, los salarios reales no han aumentado.
